®️ No me traiciones
Estaba desalineado, las facciones desencajadas, la vejez prematura acentuando las arrugas, las canas que siempre tuve, hoy las veía más blancas, incertidumbre por doquier… Preguntas sin respuestas, reflexiones al por mayor… Un cigarrillo más… Un día más, una indiferencia más…
Y de pronto…, me levanté despacio, el camino al baño se me hizo eterno, veía mis pies descalzos, la vida… «Mi vida» tras de mí.
Pasé la mano por mi pelo, quien me conoce, sabe de esa vieja costumbre, normalmente los nervios me empujan a eso… Sin embargo, en ese momento estaba tranquilo…
Al entrar en el baño, me encontré con él, quien comenzó a espetarme ¿Te das cuenta a dónde has llegado? ¿Por qué no me dejás ser feliz? ¿Qué te hice para que me castigues así? ¿Por qué no olvidás los traumas pasados?… Empecé a enojarme ante tantos reproches, pero pareció no importarle, para ser sincero, tampoco me importaban a mi sus palabras, intenté lavarme la cara, pero seguía jodiéndome…
Las cosas se estaban calentando… soy de ese tipo de gente que no le gustan los gritos, sin embargo, ese imbécil continuaba atropellándome con sus bastas palabras… Me decía:
– Sos un cobarde, ni siquiera me mirás cuando te hablo, te has convertido en un monigote de la vida, un estropajo de los demás, un maldito energúmeno y egoísta de mierda, no te importo, parece ser que nunca te importé, me has pegado, maltratado, te importa un reverendo carajo lo que siento, me estrujás, me desorientás, por vivir para los demás me has abandonado en un rincón, me pateás sin consideración, llorás como un pelele cuando alguien te daña, pero no te atañe el dolor ocasionado en mi por ser como sos… por un solo segundo, atrevete a observar en lo que te has convertido, no sos más que un niñato… Me río de tu cara, de tus arrugas, de ese delineamiento que tenés desde hace tiempo… sos tan malo, tan increíblemente amargo… vos que ayudás a los demás, vos que intentás que todos sean felices…
Y prendió uno de mis cigarrillos, aspiró profundamente, tiró el humo en mi cara y cuando iba a darle un puñetazo, frenó mi mano riendo a carcajadas, para continuar diciéndome…
– Me pregunto… ¿Qué dirían los demás si supieran como sos conmigo? Esas personas que te admiran porque les brindás tu ayuda, esos seres que te buscan para pedirte consejos o que les arregles sus vidas… ¿Qué dirían ellos? si supieran que conmigo has sido un perfecto hijo de puta, de la manera en que me has vejado, de la forma en la cual me has humillado, maltratado… Tené la audacia de mirarme a los ojos y responderme una sola de las preguntas que te hago… ¿O seguirás siendo un perfecto cobarde?
Con austeridad y rabia espeté…
– Callate…
Pero sus palabras se convirtieron en gritos desesperados, incongruencias de la nada, fui a decir algo, pero vi como una lágrima corría por su rostro, mientras decía…
– Entrá a la ducha, bañate, afeitate, ponete el mejor traje o unos jeans, perfumate, salí un poco, salí de aquí, de este antro personal, mirá el cielo, sonreí, tomate una copa, corré por las calles, observá el cielo, palpá el frío invernal, desabrochate la camisa, reí a carcajadas, acostate en medio de la calle, reflexioná, olvidá un poco a los demás y de regreso, decidite a tratarme bien, a mimarme, a amarme como nunca has amado a nadie, besame con todo tu amor, regalame la posibilidad de ser feliz, prestame atención, obsequiame una noche a solas conmigo, dejá de castigarme, no me pegues más, no me desprecies más y quizá, cuando comences a tratarme bien, comprendas que te amo como a nadie he amado, que deseo hacerte feliz y ante todo, muero por verte sonreír… De una vez y para siempre, olvidá a los demás, familia, amigos, enemigos, simplemente pensá en mí y dame a mí, aquello que le entregás al resto… Sencillamente, esa felicidad auténtica y tomá la acertada decisión de dar ese paso…, paso dado por los verdaderos guerreros… Dame esa ternura que duerme en tu corazón, entregame la pasión postergada por años…, consentime y verás como tus arrugas se van planchando, tus canas relucirán y serás feliz, tan solo por darte la oportunidad de brindarme todo aquello que una vez me quitaste por dárselo al resto de la gente… De una vez y para siempre matá a la cobardía y tené el valor de ofrecerme toda esa bondad, amor, placer, dedicación y humanidad que hay dentro de vos… Se valiente y obtendrás los frutos que ahora te resulta imposible ver…
Sonreí con ganas, comencé a quitarme la ropa para ducharme y reflexioné ante aquellas palabras, tenía razón en todo, no podía contradecirle en nada… Pues le había maltratado y humillado demasiado…
Y decidí…, entonces decidí que: El espejo del baño, sería lo más reluciente de la casa… para de esa manera, recordarme día a día, la decisión que había tomado… Simple y sencillamente «Ser feliz» dándome, lo que siempre le di a los demás… me prometí no volver a olvidar de mí mismo…
¿Y vos? ¿Vos mantendrás tu espejo limpio?
Rostro Enmascarado
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