🇷 Relatos Cortos

®️ Mi Alma y tu Piel…

La dulzura de tu mirada podría convertirse en el peor de los glaciares, pero también se vuelve de porcelana al toparse con mis ojos. Al igual que mis manos, cuales frías como el hielo, se transforman en volcán al rozar el deseo de tus propios deseos, clamando en perfecta sinfonía, la cercanía de mis caricias.

Un sinfín de ganas acumuladas revientan contra tu sonrisa, como el agua rompe contra la roca. No es fácil amarte, como tampoco es sencillo quererme, más sin embargo, caminando al filo de aquellos estrechos peldaños, pude tambalear con miedo, resistí fuertes tormentas y el viento intentó mil veces tirarme, momentos inciertos lloraron conmigo lágrimas de sangre y cuando estaba por caer, levemente, orienté la mirada al norte de tu vida y allí estabas, también deambulando al vértice de la cuerda, esa soga llamada vida, donde el vacío es el fin y el cielo la misma eternidad, y no me pareció extraño, concebir desde lejos, la ternura de tu sentir…

Y hoy vuelvo a escribir, regreso al universo de las letras, una canción inesperada, melodías que suenan tras la fragancia de, “Una suave música muy alta”, mi pecho se contrae, palpita el corazón con un latido extra, se revierten las palabras, una gota de sal cae, para recordarme que, aún estoy vivo, que aún siento, que aún el fuego de tus húmedos labios, quieren conjugar el verbo amar sobre mi piel…

Cruzo esos angostos peldaños ante la fuerza de tus bellos ojos…

Y siento, sí, siento la tibieza de tu abrazo, la locura de un “Te deseo”, esa embriagues astuta y atrevida, manos buscando cascadas cristalinas de amor puro y reverente, bocas sedientas y cuerpos hambrientos, descubrimiento a flor de piel el temblor codiciado, amor anhelado, sencillez escondida y arrogancia en demasía, tocarte con miedo, ahogarme en tumulto de sensaciones encontradas, regocijo ancestral y la redención de hacerte el amor hasta enloquecer a la misma cordura, haciéndole sentir vergüenza a la desfachatez y volviendo celosa a la seriedad…

La sutileza de tu pelo tentando a mis dedos, tus pechos formando la cárcel perfecta ante mis deseos enervados y dolorosos, la manera de amarme, la forma de hacerme sentir completo… Amarte, amarme, amarnos, es palpar la libertad de morir en el vano intento de aplacar mis ganas, ganas que jamás se sacian cuando estás entre mis brazos…

Mi alma y tu piel, mi cuerpo y tu avidez, tus uñas en mi espalda, mis suspiros alterando tu calma, tus gemidos en mi pecho, tus labios marcando mi cuello…

Un cigarrillo a medias, un café por la mitad, un té enfriándose, la pluma dejando una gota de tinta azul sobre nuestro lecho, la guitarra como testigo de tus momentos, mi piano observando otro encuentro.

Con tranquilidad o sin ella, con razón y sin tregua, me entrego a mis letras… Te doy mi destino, te regalo mis penas…

Un pacto de amor, un pacto de antaño, tres gotas de sangre y nuestro juramento reencarnado…

Un escritor a tus pies… Un hombre imperfecto, un caballero cortés…

Rostro Enmascarado

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